La dimensión psicológica se
centra en la mente, y recoge la idea de la persona como ser dirigido a metas y
dotado de un conjunto de procesos que le permiten guiar su conducta creativa y
armónicamente en el contexto cambiante donde se dan las diversas situaciones en
que participa. La dimensión psicológica aporta estrategias didácticas para la educación emocional, ámbito relegado durante mucho tiempo por la ciencia y la educación.
Incluye aspectos cognitivos que
conducen a percibir, pensar, conocer, comprender, comunicar, resolver
problemas, relacionarse, representarse a sí mismo y a los otros, actuar –ser
agente–; aspectos afectivos, como las emociones y los motivos, y otros aspectos
que generan esperanza, estima y confianza en uno mismo y en otros; aspectos
conativos, como la perseverancia en la acción y otros componentes de la
voluntad como el auto-control. Todo ello sin olvidar que la mente existe porque
existe el cuerpo, conocer nuestros impulsos ayuda a conocer nuestro estilo de vida..

Se presentan algunos aportaciones que confirman la importancia de una educación
emocional en la construcción personal, profesional y social y de describen seis
estilos de vida. Estos seis estilos de vida tienen su origen en impulsos o
preferencias básicas que afloran en cualquier actuación humana. Son esas
inclinaciones las que subyacen en la mayor parte de decisiones vitales como
elegir carrera, pareja, trabajo, relaciones o amistades, entre otras.
Abarcamos desde las emociones hasta el intelecto; como son las necesidades de: Dar y recibir- afecto, amor y amistad,
compartir emociones, eliminar tensiones, la tristeza y el miedo, tener
confianza en sí mismo, en fin es encontrar
su lugar en el mundo.
Para
que exista una buena dimensión de ello se dan criterios:
Recibir Estímulos.

-
En el aspecto intelectual es por medio de la curiosidad y el deseo de
información.
Ser alimentado.
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En el aspecto emocional: la atención, el afecto, la ternura, la amistad, el
amor, la esperanza.
-
En el aspecto intelectual: el saber, el aprendizaje, la lectura, la formación,
los intercambios intelectuales (todo lo que hace que nuestra inteligencia
funcione).
Disponer de un entorno.
-
En el aspecto emocional: cualquier lugar donde alguien pueda vivir sus
emociones con una o varias personas. Un lugar en el que pueda descargar el
estrés.
-
En el aspecto intelectual: bibliotecas, escuelas, cursos, seminarios, locales
profesionales, cualquier lugar donde se efectúe intercambio de ideas.
-
En el aspecto emocional: dar libre curso a la manifestación de las emociones.
Expresarse, «estallar», «expulsar» la risa, los gritos, el llanto, los
temblores o los golpes (¡pero sobre un
cojín!). Dejar que la emoción se «vacíe» hasta el final.
-
En el aspecto intelectual: la eliminación se produce cuando la persona expresa
el resultado de su pensamiento; cuando habla, argumenta, emite opiniones,
hipótesis, o presenta conclusiones. Quien nunca habla, quien nunca comunica sus
pensamientos, no puede evacuar en su dimensión intelectual: ¡Sus ideas corren
el riesgo de auto paralizarse!
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